
El Índice Mundial de Innovación 2019 midió a las 130 economías más poderosas del mundo en esta área. La inversión en I+D aumenta cada año.
Chile es el país más innovador de Latinoamérica. Así lo afirma el Índice Mundial de Innovación 2019, que ubicó al país como el número uno de la región con una puntación de 36.62, seguido sólo por Costa Rica con 36.13 y México con 36.06.
Es importante destacar que, en este informe anual, liberado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), también está incluido el ranking global y las casi 130 economías más innovadoras del orbe, seleccionadas por su alto nivel de infraestructuras disponibles, conocimiento, tecnología, y ecosistema empresarial y político.
Cabe destacar que en este contexto, Estados Unidos, Suiza, Sudáfrica, Israel y Singapur llevan la delantera de los cinco continentes.
Aumenta la inversión en Investigación y Desarrollo, pero en Chile no es suficiente
A nivel mundial, los gastos en I+D, campo de la innovación conocido como investigación más desarrollo, han experimentado un alza notoria, duplicándose desde 1996 a 2016.
Según el Índice Mundial de Innovación 2019, el gasto interno bruto total que se destinó a I+D al año siguiente (2017) subió mundialmente a un 5%, y desde entonces ha crecido, pese a la incertidumbre y los declives económicos. Sin embargo, lo que no sabemos es si esta tendencia se mantendrá en el futuro.
Juan Carlos De La Llera, consejero del Consejo Nacional para la Innovación y el Desarrollo (CNID) y decano de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica, asegura que “en Chile no ha aumentado mucho la inversión en I+D. De hecho, esta es una de las falencias que nuestro país debe asumir pronto con la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.
“Además, estamos muy atrasados con un 0.36%, 0.38% del PIB en la inversión de investigación y desarrollo porque Chile no se ha dado cuenta de la relevancia que tiene invertir en esta área”, agrega.
Inversión pública y proteccionismo: los principales desafíos de I+D
A pesar del buen escenario mundial, la innovación no se muestra tan próspera en todas las economías. Así lo afirma el Índice Mundial de Innovación 2019, pues en los países de ingresos altos, que implementan las últimas tecnologías, como Suecia, Suiza y Estados Unidos, el crecimiento en inversión es lento o se pausa.
Uno de los factores de este resultado es la disminución del financiamiento público, que se destina a I+D en servicios tan esenciales como la salud.
Francisco Pizarro, subdirector del Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Universidad Católica, tiene claro el panorama nacional, señalando que “con respecto al gasto total de I+D, el Estado es el que hace los mayores esfuerzos en Chile, situación muy distinta a lo que ocurre en los países desarrollados, donde el sector privado es el que lidera la inversión en investigación y desarrollo”.
“Para que nuestro país alcance estos niveles necesitamos que el Estado duplique su inversión actual y que los privados quintupliquen, o más, lo que están invirtiendo ahora”, añade.
Por su parte, Juan Carlos De La Llera enfatiza en la diversificación del gasto público, comentando que“en nuestro país también existen otras áreas fundamentales, como la resiliencia frente a grandes amenazas naturales, en donde se investigan los terremotos, erupciones, tsunamis o fenómenos climáticos”.
“En Chile ya se tomó la decisión de darle énfasis a ciertas áreas prioritarias, que si reforzamos con I+D podrían traer mejoras sustantivas para la calidad de vida de todos nosotros”, concluye.
No obstante, una de las amenazas para la innovación de los países desarrollados es el proteccionismo. Ante esto, Pamela Chávez Crooker, consejera de CNID y socia fundadora de Aguamarina S.A., explica que se puede evitar “si como país aumentamos la cantidad de talentos, mediante programas de educación porque así se incrementará la productividad. Por eso, la tarea gubernamental es grande y consiste en formar a más profesionales para trabajar en I+D”.
Lo importante ahora es adelantarse al futuro, enfocarse en los desafíos que conlleva la innovación y priorizar la calidad de ésta antes que todo. El tiempo dirá lo demás.