
La movilidad eléctrica y con hidrógeno verde se han convertido en las protagonistas de una importante rivalidad este siglo XXI, buscando realzar la sustentabilidad, cuidando el medioambiente y abaratando costos para los usuarios. Por eso, el último año la empresa holandesa Studio Mom se adelantó y lanzó al mercado LAVO, la primera bicicleta de hidrógeno de uso comercial.
LAVO es una alternativa de movilidad innovadora y mejorada con respecto a las opciones eléctricas tradicionales. Esto, porque su capacidad de generar energía es mayor con el hidrógeno verde. Incluso, también produce más electricidad por kilo, y sólo es superada en este aspecto por los procesos de combustión.
Esta última es la razón por la cual los aviones eléctricos que se han fabricado a base de energía eléctrica sólo han sido utilizados en trayectos cortos, como es el caso de Alice.
Por eso, LAVO utiliza una batería de hidrógeno verde de menor peso (1,2 kg) y mayor potencia (40 kW/hora), que convierte el gas en electricidad de manera eficiente y permite recorrer hasta 300 km.
Además, no deja huella de carbono y su batería de hidrógeno verde tiene su origen en la electrólisis, un proceso en el cual se usan energías renovables y la eléctrica cambia a química; fundamental para una movilidad sustentable.
Cabe destacar que esta bicicleta de hidrógeno verde, sumado a lo anterior, se puede armar y desarmar fácilmente y sus baterías tienen un sistema de almacenamiento de energía renovable, proveniente de paneles solares. Es por eso, que esta bicicleta de hidrógeno es capaz de surtir de electricidad a una casa completa durante dos días sin inconvenientes.
Bicicleta de hidrógeno y su uso como combustible
Si bien existen tres tipos de hidrógeno: el verde, negro y azul, el primero es el más sostenible porque proviene de la electrólisis, así que sus emisiones de carbono o CO2 son cero. Sin embargo, el negro posee dicha sustancia contaminante en su proceso de producción, y el azul sólo la reduce durante su almacenamiento y captura.
Por otro lado, el hidrógeno se puede utilizar como combustible de dos maneras. Una es mediante baterías, que liberan vapor de agua cuando generan energía eléctrica; y la otra es con motores de explosión, donde el hidrógeno reemplaza a la bencina o el kerosene.
Esta última opción también emite vapor de agua, pero con cantidades mínimas de óxidos nitrosos y CO2, ya que se mezcla con aceites lubricantes.
En el caso de esta innovadora bicicleta de hidrógeno verde, su combustible se utiliza a través de una batería o pila, por eso no es contaminante.
Además, si se analizan sus características técnicas y de diseño, es un transporte adecuado para cargas menores, debido a su potencia. Incluso, podría ser utilizada para delivery de productos o servicios de mensajería.
Alpha, la antecesora de LAVO Bike
Cabe destacar que dos años antes se presentaron las bicicletas francesas Alpha en la Cumbre del G7 en Francia, pero en ese momento no estaban disponibles en el mercado, lo que sí hizo LAVO.
Las Alpha pueden recorrer un máximo de 150 km, pero sólo necesitan dos horas para recargar al 100% su batería de hidrógeno. Además, si se compara con las bicicletas eléctricas tradicionales, que demoran 3 o 4 horas en promedio, son más óptimas porque toman menos tiempo en la recarga.
Con lo anterior, se puede apreciar que las bicicletas de hidrógeno son una alternativa sostenible para movilizarse en estos tiempos y permiten recorrer distancias extensas por horas. Sin embargo, es necesario que también se incorporen más estaciones de recarga y disminuya el valor de esta energía verde por kilo para masificar su uso. Y tú, ¿usarías la bicicleta de hidrógeno?