
Un viaje de estudios terminó siendo el exitoso proyecto y fuente de trabajo de Andrés Villouta y María de Los Ángeles Lobos. Así fue como, en el año 2015, surgió Lanarq, la empresa sustentable de esta pareja de arquitectos que fabrica paneles con lana de oveja.
Villouta y Lobos llegaron a Barcelona, España, hace ocho años para realizar un postgrado en eficiencia energética de viviendas y durante su estadía en la ciudad hispana visitaron a una empresa que reciclaba textiles para usarlos como aislantes en las casas. Ese día marcó un antes y después en ambos profesionales porque, llegando a Chile, descubrieron que la lana de oveja de la región de Aysén cumplía la misma función o mejor.
Primero, se adjudicaron un fondo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y comenzaron a comprar lana sucia y descartada para tejer a los productores ovinos del lugar, aprovechando el material que los agricultores y artesanos botaban a la basura. Luego, la lavaron y aprendieron a categorizarla según su fibra.
Una vez terminado el proceso de recolección se instruyeron para fabricar paneles con lana de oveja, mediante un sistema de construcción que crearon, el cual se basa en paneles de madera, donde se introduce la lana a granel o en rollos.
Andrés Villouta, dueño de Lanarq revela al diario La Tercera que “por ser natural, al degradarse la lana no genera gases nocivos y se incorpora de forma más sustentable al terreno, aunque tiene una vida útil bastante larga. Muchos otros materiales no dan garantía de lo mismo”.
Paneles con lana de oveja: el exitoso progreso de Lanarq
Utilizar los paneles con lana de oveja no fue rápido ni fácil. Antes de eso realizaron pruebas de laboratorio al material para verificar sus propiedades.
Los resultados fueron positivos y descubrieron así que la lana de dichos mamíferos es el mejor aislante natural y se parece mucho a la fibra de vidrio y a las rocas en términos de conductividad térmica. Sumado a eso, posee una alta resistencia al fuego y mejor acústica que otros materiales utilizados para la construcción de casas.
Finalmente, Lanarq obtuvo la certificación del Instituto Nacional de Normalización INN), que consideró a la lana de oveja como un material aislante de alta efectividad.
Por otro lado, en el proceso de ir difundiendo el trabajo de la startup, crearon un diseño de vivienda, que consistía en un refugio de montaña con aislación de lana para aplicarlo en cabañas o casas turísticas de la región de Aysén. Para esto, aprovecharon 600 mil kilos de lana de oveja de primera calidad presente en el mercado.
Por lo anterior, el refugio de montaña fue exitoso porque no sólo protegía del frío, sino que recuperaba el calor mediante un sistema incorporado y un sensor de control de dióxido de carbono.
“En la montaña hay construcciones que se arriendan en invierno, que son súper incómodas porque no tienen aislación y necesitas mucha energía para calefaccionarlas. Por eso, nosotros buscamos una solución de turismo que no sea estacional, sino que esté disponible para ser usada, tanto en verano como en invierno. La idea es proponer algo de estándar nórdico”, dijo Villouta.
Asimismo, Lanarq participó de un programa de viviendas sociales del Estado, llamado Habitabilidad Rural del SERVIU. De esta forma, mejoraron la aislación de 10 casas e instalaron los paneles de lana de oveja en cinco más.
Cabe destacar, que el refugio de montaña es el primer paso que dieron para diseñar una vivienda que, en el futuro, quieren que obtenga la certificación internacional de Passivhaus; un estándar científico de construcción internacional, basado en el desarrollo sostenible y la responsabilidad social como principios.
Paneles térmicos de basura reciclada en Iquique
El Norte de Chile también cuenta con profesionales innovadores, que crean paneles de aislación térmica con residuos textiles de diversos vertederos de la pampa, los cuales son un 60% más baratos que los de la competencia.
Se trata de EcoFibras en la ciudad de Iquique que, de 59 mil toneladas de ropa usada que ingresaron a la ciudad en 2019, tomó 39 mil de ellos cuando ya eran residuos textiles para ocuparlos en los paneles térmicos.
Esta es otra alternativa aislante, que ayuda a disminuir la basura textil y el consumo de energía (ventilación y calefacción). Además, la startup chilena también elabora alfombras industriales, cortinas de aislación térmica y colchones con las prendas desechadas por los iquiqueños.
¿Optarías por paneles con lana de oveja o con residuos textiles para tu casa para contribuir de manera sustentable a la reducción de los niveles de contaminación?
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