
¿Te gustaría saber lo que quiere decirte un loro o un gorila a través de su lenguaje no verbal? Para eso la organización Earth Species Project (ESP), sin fines de lucro, está trabajando con la Inteligencia Artificial ¿Su objetivo? Demostrar que sí se puede hablar con los animales.
Los investigadores estadounidenses han estudiado los sonidos característicos de cada animal y también han analizado sus comportamientos, aplicando el aprendizaje automático para identificar esta diversa cantidad de datos.
Elodie Briefer es profesora de la Universidad de Copenhagen y estudia la comunicación vocal en mamíferos y aves. Ella aseguró, en entrevista a The Guardian, que utiliza el aprendizaje automático por su alta efectividad y co-desarrolló un algoritmo para saber si cada vez que los cerdos emitían gruñidos estaban tristes o felices.
“La gente está empezando a usarlo (el aprendizaje automático), pero todavía no entendemos realmente cuánto podemos hacer”, dijo al medio de comunicación británico.
Por otro lado, el cofundador y presidente de ESP, Aza Raskin, explica que en la organización quieren reforzar los lazos de las personas con otras especies vivas y, con ello, potenciar la protección de los animales mediante el aprendizaje automático que es posible gracias a la Inteligencia Artificial.
«Somos agnósticos en cuanto a las especies», dijo Raskin a The Guardian. Sin embargo, para quienes cuestionan si se puede hablar con los animales, este ambicioso proyecto ya creó dos algoritmos de traducción, que pueden «funcionar en toda la biología, desde los gusanos hasta las ballenas», concluyó.
El primer algoritmo es capaz de identificar dentro de un grupo ruidoso de animales cuál es el que está hablando. El segundo es útil para llamar a estos seres vivos y hablar directamente con ellos, y para eso la AI habla el mismo idioma, aunque todavía les falta investigar todo lo que los animales quieren decir.
Los animales crean una relación saludable con las personas
La influencia de los perros, gatos, delfines, caballos y otros seres es beneficiosa para la vida de las personas. Está comprobado que relacionarse, convivir con ellos o tener mascotas domésticas hace más felices a sus dueños. De esta forma, reducen el estrés, estabilizan los niveles de colesterol y disminuyen la presión arterial, así como el riesgo de sufrir infartos cardíacos.
Por otro lado, una encuesta llevada a cabo por la Universidad de Australia Occidental afirmó que más del 70% de estas personas nunca o muy rara vez se sienten solas, debido a la compañía de animales.
Los caballos, por su parte, son partícipes de la equinoterapia para personas con autismo, asperger, síndrome de down, lesiones cerebrales, medulares, esclerosis, fibromialgia, y otras dificultades sociales y sensoriales. Asimismo, los delfines entregan un beneficio similar, pero con la interacción que genera el agua como un estímulo añadido.
Los casos que demuestran que se puede hablar con los animales
A lo largo de la historia se ha comprobado que sí se puede hablar con los animales. Ejemplos de esto son la gorila Koko, el loro Alex y el orangután Chantek, que han dado la vuelta al mundo tras conectar con sus dueños, comunicándose y entendiéndose en un mismo idioma.
En 1971 en la Universidad de Stanford se inició una investigación con la gorila Koko, que nació en el zoológico de San Francisco, Estados Unidos, y fue adoptada por Franchini Paterson, quien le enseñó experimentalmente la lengua de señas.
En un comienzo la investigación sólo consistía en comprobar si la gorila podía aprender y retener algunas palabras en su memoria para replicarlas. Así, Koko identificó con lengua de señas la palabra anillo y dedo, para referirse a la joya que tenía su entrenadora en la mano.
Paterson le leía todos los días el cuento de “El Gato con Botas” hasta que Koko pudo comunicarle que quería un felino, al cual llamó Botita y se convirtió en su mejor amigo.
Cuando la comunicación entre Koko y su entrenadora dio qué hablar fue cuando ésta le preguntó su opinión sobre el cambio climático, la gorila respondió en lengua de señas: “Soy flores, soy animales, soy naturaleza. Koko ama al hombre, Koko ama a la tierra, pero el hombre es estúpido”. Acto seguido, lloró.
Luego, comunicó lo siguiente: “no queda tiempo, arregla el planeta. Naturaleza observa”. Independientemente de que este discurso haya estado preparado o no, Koko demostró que se puede hablar con los animales.
Otro caso es el de Alex, un loro que desarrolló la inteligencia de un niño de 5 años, identificando números, colores y manejando un vocabulario de 150 palabras. Repetía “lo siento” cuando se equivocaba y pedía volver a su jaula cuando estaba cansado en el mismo idioma que su entrenadora.
Todos los días cuando ella se iba a su casa, Alex le preguntaba si volvería mañana. Sin embargo, antes de morir a la edad de 31 años, estuvo acompañado por su entrenadora, a quien le dijo: “sé buena, te quiero. Nos vemos mañana”.
Y por último, la historia del orangután Chantek también acaparó las portadas de los medios de comunicación, pues fue criado como un humano por una antropóloga que le enseñó también la lengua de señas; además aprendió a ir al baño, a hacer su cama e ir de la universidad a su casa sin perderse.
Luego de pasar toda una vida rodeado de humanos, lo incluyeron a su hábitat con otros orangutanes, pero Chantek le dijo en lengua de señas a su entrenadora: “No quiero estar con estos gatitos, quiero estar contigo”.
Como puedes ver, hay evidencia de que se puede hablar con los animales, y con la ayuda de la tecnología y de la inteligencia artificial será más fácil en el futuro.