28 septiembre, 2022

Cómo son los proyectos de smart cities a base de energías renovables

Japón es un país visionario y mira con ansias el futuro de sus habitantes, mejorando la calidad de vida de cada uno de ellos a partir de tecnologías que contribuyan al cuidado del medioambiente, como la robótica, la inteligencia artificial o la conducción autónoma. La solución que reúne todas estas cualidades son los proyectos de smart cities, como Toyota Woven City, la ciudad del futuro que tiene 70 hectáreas, está situada a los pies del monte Fuji y estará terminada en 2025.

Entre los proyectos de smart cities en Japón destaca Toyota Woven City por potenciar las energías renovables y gestionar la movilidad eléctrica. Además, tiene como objetivo lograr la autonomía de los vehículos, ya que la empresa multinacional que respalda la construcción de la ciudad es líder de la industria automotriz.

Toyota Woven City comenzará a ser habitada por 360 personas a la espera de que se logre llegar a los 2.000 habitantes. El tráfico será parcialmente automatizado para que se libere de las emisiones de contaminantes, los productos se transportarán mediante una red subterránea, se cultivarán alimentos con técnicas hidropónicas, entre otras cosas. 

“Nuestro objetivo es lograr el bienestar para todos a través de la movilidad. Junto con la comunidad circundante, utilizaremos Woven City como campo de pruebas para la movilidad que formará el futuro destino de la vida”, aseguró Akio Toyoda, presidente de Toyota Motor Corporation en la ceremonia “Future Community Building” del año pasado.

Sin embargo, otro objetivo primordial para los empresarios de Toyota es abastecer a la comunidad de la ciudad con el uso de energías renovables (fotovoltaica o pilas de hidrógeno) en sus hogares. Asimismo, los edificios se construirán con materiales reciclables para reducir la huella de carbono y funcionarán con sistemas de robótica e inteligencia artificial.

Y por si fuera poco, los hogares de Toyota Woven City también contarán con sensores que monitorizarán la salud de sus habitantes.

 

Schoonschip, la nueva ciudad inteligente de Holanda

Los proyectos de smart cities se han expandido por todo el mundo, incluso llegando al norte de Holanda, donde están construyendo Schoonschip, un barrio flotante sostenible que actualmente tiene 47 casas en 30 unidades residenciales. 

Los expertos desarrolladores de esta ciudad buscan crear un ecosistema urbano que enfrente el cambio climático con un sistema energético inteligente. Por eso, todos los hogares cuentan con paneles solares y bombas de calor, conectados a la gestión eléctrica, que mide en tiempo real lo que ocurre en cada casa con sus respectivas producciones solares. 

No obstante, este proceso no termina aquí, pues el sistema luego se comunica con otro que está alojado en la nube y recibe los datos de todas las casas. Además, se considera la información solar y meteorológica para optimizar la producción energética de cada hogar, por ende, el ordenador está constantemente procesando datos.

Philip Gladek, director de la Comunidad de Schoonschip, explicó a DW Español que los proyectos de smart cities “serán sistemas totalmente digitalizados, usando algoritmos inteligentes, que se comunicarán entre sí. Gestionarán suministros y equilibrios de la oferta y la demanda, usando variados dispositivos, que permitirán una transición energética mucho más asequible para todos”.

Sobre la smart city holandesa dijo que “el próximo objetivo es conectar a Schoonschip con otras comunidades, creando una red inteligente, donde accedan hogares, empresas y todo el país para intercambiar energía y monetizar los recursos con el fin de equilibrar la red nacional”.

 

Ejemplos mundiales que se están convirtiendo en proyectos de smart cities

Amsterdam, la capital de Holanda, tiene una población total de 873.338 habitantes y ya está instalando un sistema de iluminación inteligente en las calles. Esto hace que los sensores de movimientos suban su intensidad cuando las personas pasan frente a ellos, pero si no hay movimiento disminuyen y optimizan su función. Están equipadas con tecnología LED y se prenden con paneles solares y turbinas eólicas para ahorrar cableado e infraestructura (la policía y las oficinas de tráfico también pueden aumentar la intensidad de los faros públicos en situaciones de emergencia).

Según el último estudio de Statista, el país líder en electromovilidad es China con 2.291.602 unidades, pero Holanda crece apostando por los proyectos de smart cities y para 2030 prohibirán el uso de vehículos a base de combustibles

“Queremos mejorar la vida de las personas. En gran parte, las smart cities se componen de todos los sistemas urbanos que conocemos hasta ahora: movilidad, vivienda, administración pública, energía, educación, y más. Todo esto puede digitalizarse para dejarlo al servicio de la comunidad”, explica Jonas Bohm a DW Español, investigador del Instituto de Gestión Tecnológica de la Universidad de Saint Gallen y autor del libro Smart Cities.

Por otro lado, y para contribuir al cuidado del medioambiente, la ciudad de Santander en España redujo el gasto público porque optimizaron algunos procesos, como el riego de las áreas verdes, que ahora sólo reciben agua cuando están secas. De la misma forma, los basureros se vacían únicamente cuando están llenos.

En la ciudad finlandesa de Helsinky la basura se tira a basureros subterráneos, lo que disminuye el ruido de los camiones y produce menos emisiones contaminantes, por ejemplo.

Otro de los proyectos de smart cities está en Río de Janeiro, pues a través de la App Smart Favela muestra una vista tridimensional de los barrios más pobres de la ciudad. Entonces, los ciudadanos pueden votar a favor de las iniciativas de los urbanistas si desean concretarlas.

En Estados Unidos también han imitado ejemplos de smart city, específicamente en la ciudad de Palo Alto, donde buscar estacionamientos es prácticamente imposible ¿Qué iniciativa implementaron? Colocar sensores en las calles, los cuales informan cuándo hay espacios libres, además del monitoreo del tráfico las 24 horas del día.

Por su lado, la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes, también ha recurrido a las nuevas tecnologías para potenciar su seguridad con robots policiales. Estos localizan a las personas con una cámara de reconocimiento facial y también tienen una pantalla táctil mediante la cual los ciudadanos pueden hacer sus denuncias.

Incluso la corrupción está monitoreada en algunos lugares del mundo gracias a la tecnología. Un ejemplo es la ciudad de Drogóbich en Ucrania, donde se instalaron pantallas a libre disposición para que los ciudadanos revisen y conozcan los ingresos de los funcionarios públicos. Asimismo, en la ciudad alemana de Darmstadt cuentan con una red de sensores que controla la calidad del aire, enviando la información a un centro de datos que identifica cuáles son los factores más contaminantes y nocivos para la salud de sus habitantes.

¿Cuál será el futuro de las ciudades inteligentes y hasta qué límite podremos compartir nuestros datos para que las nuevas tecnologías mejoren nuestra calidad de vida? Este es un avance que, probablemente, dará mucho de qué hablar.